Como os dije en el post anterior me ha entrado nostalgia, si, yo tengo sentimientos (a veces), me gustaría contaros la historia llena de sabiduría y humor de cuando me compré mi primer ordenador que fue hace unos cinco años (historia un poco modificada), quizás algunas cosas que cuente os resultarán familiar.
Me echaron propaganda debajo de la puerta, lo cogí y en el papel aparecía un ordenador con muchas estrellas grandes con grandes letras dentro diciendo: OFERTA. Y si tiene todo eso, es que es el ordenador tiene que ser el mejor del universo, así que dejé la maquina de escribir de mi abuela a un lado y me fui a la tienda.
Entré en la tienda y:
Dependiente: hola buenas ¿qué quería usted?
Yo: pues venía a comprar este ordenador.
Dependiente: buena elección, 80 gigas, 220 de ram, tiene buen software y buen hardware, ( yo mientras ponía cara de que sabía lo que decía) teclado y ratón.
Yo: ah… Si si está muy bien.
Dependiente: ¿y no quieres imprimir? Anda y compra también esta impresora multifunción.
Yo: vale.
Dependiente: tienes pinta de que te gusta la música, toma este equipo de sonido barato.
Yo: gracias…
Dependiente: tienes cara de no tener suegra chico, coge a la mía ¡ven Anserma!
Yo: tan tonto no soy por favor.
Que cachondo el tío luego va y me dice que por ser yo (una “amistad” de 5 minutos) me lo deja por 5000 euros, menos mal que hice un chanchullo y conseguí el dinero.
Qué feliz iba yo a mi casa con mi ordenador nuevo, veía el mundo de color de rosa; la gente cantando, el Atletic ganador de la champions… Después de montarlo, encenderlo, fliparlo, meterle música y la mejor colección de videos porno de mis amigos, puse una canción y no pude oírla porque aparecía un mensajito diciéndome que no se podía oír por falta de un códec pero me contenté con escribir un texto y para colmo en el teclado que me había vendido no aparecía la Ñ, pese al problema de de la Ñ y a mi al manejo de los sinónimos lo escribí; le di a imprimir, joder… me había vendido una caja de zapatos con una cuerda gorda.
Todos tenemos al típico amigo que dice que lo sabe todo de ordenadores, pues yo llamé al mío. Llego a mi casa y se puso ha mete discos y hacer clic con el ratón que trajo de su casa porque a mí me había vendido una demo de un ratón que a los 100 clics ya no funcionaba. Pasado un rato voy a verle:
Él: Esto va de fábula me queda reajustar los parámetros, vete a tomar una cerveza en el bar y luego vuelve.
Yo: tío… ¿qué parámetros? Que el ordenador me costó un riñón eh.
Él: anda, anda…
Yo: que sí ¿Dónde crees que he conseguido 5000 euros y esta cicatriz, listillo?
Yo como confié en él me fui al bar y me encontré a unos amigos y nos comimos unas berenjenas y al rato me suena el tono “caricias, besos y mimitos yo soy tu peluchito” (soy el amo de la moda), o sea que me están llamando, cojí el móvil y era él hablándome jadeando diciendo que ya está listo. Me fui a mi casa, abrí la puerta de mi habitación, se me encogió el escroto y me dio un conato de infarto: la torre echando chispas, la cortinas ardiendo, la pantalla palpitando mientras que por los altavoces suena la canción de Leonardo Dantés “ Tiene Nombres Mil”.
A continuación de ir a visitar a mi amigo al hospital por el arrepentimiento de la paliza que le di, fui a la tienda:
Yo: hola venía a ver si me puede arreglar esto.
Dependiente: si claro, pero te costará bastante.
Yo: ¿Y la garantía?
Dependiente: ¿Qué garantía?
Yo (pensando): tendré que trabajar de probador de medicamentos experimentales.
Dependiente: anda y vuelve mañana.
A partir de ese día todo empeoró; fui al día siguiente y me dijo que tardaría una semana porque tenia que venir las piezas de Alemania (¿por qué todas las piezas vienen de Alemania sin depender el aparato que sea?), hay noté un estreñimiento de la fuerza que me hacia pensar que lo había vendido por piezas. Con lo tontería de que volviese la semana que viene sigo, y seguiré esperando “la esperanza es lo último que se pierde”, sin un riñón y calvo por culpa del medicamento experimental para rizar el pelo.
